jueves, 17 de febrero de 2011

Una de fantasmas

Si como el título lo indica en mi barrio había una casa con fantasmas, y aunque no lo crean allí viví yo después de los 11 años, porque la compró mi padre y la refaccionó para la nueva farmacia 
Así era la cosa, al lado de la vieja farmacia había una casa que en el frente tenía un enrejado bajito luego seguía un jardín y aproximadamente 7 metros,  más adentro, la casa a un costado dejando al otro  lado un patio con galería, no recuerdo bien quienes vivían en un principio, solo recuerdo a una mujer joven, pero después se mudó y por mucho tiempo la casa quedó vacía.
Las noches de verano todos los pibes nos juntábamos a jugar bajo la luz del letrero de la farmacia, que se mantenía abierta hasta que las vecinas que se juntaban a chismorrear sentadas con sus sillas en la vereda, decidían que era hora de dormir, porque ya había refrescado lo suficiente.
El tema de los fantasmas empezó una noche de Enero de 1941, cuando en el cielo apareció un cometa, para verlo nos teníamos que asomar por sobre el enrejado de la casa abandonada, y allá lejos sobre los techos se veía el cometa entre las estrellas.
En eso estábamos toda la pandilla, cuando de repente: UNA SOMBRA si una sombra se movía por encima del techo en el fondo de la casa…..”Ahí no vive nadie” _Uyy…me parece que es un fantasma…..capaz que la señora que vivía aquí no se mudó…y está muerta adentro!!!!!!
Se lo dijimos a nuestros padres, quienes también vieron esa figura moverse sobre los techos, pero no le dieron importancia…según  ellos sería algún vecino  tratando de observar mejor el cometa.
Pero nosotros sabíamos que no…. Lo vimos clarito, Era un fantasma
A partir de esa noche, cuando jugábamos en la vereda tratábamos de esquivar la casa vacía y espiábamos cada tanto sobre la reja a ver si lo veíamos otra vez.

sábado, 5 de febrero de 2011

Un alegre paseo que terminó en tristeza


Ya que estoy narrando anécdotas de 1940, viene a mi memoria que en ese año mi papá compró un coche. y lo que ocurrió después.
La cosa fue así, mi tío, Marciano ,( ya hablé antes de el), le insistió a mi padre para que comprara un auto, ya que íbamos siempre de picnic en el carro de mi abuelo, como tenía bastante conocimiento de mecánica, el mismo se encargó de la compra, y se apareció con un Nash 1934 del que aún a pesar de los años transcurridos recuerdo el Nº de patente 239-909.
El caso es que papá nunca manejó el coche, ni siquiera intentó hacerlo,  por un tiempo mi tío hizo las veces de chofer, pero no podía ser siempre así , por lo que  que se decidió que la que aprendería a manejar sería mi mamá, Y aquí viene la anécdota que quedó grabada en mi memoria .
La avenida General Paz estaba recién inaugurada, y circulaban muy pocos vehículos, un lugar perfecto para el aprendizaje un domingo por la tarde, sentados atrás mi papá, mi hermano y yo, adelante mi tío y al volante mi mamá. 
Lo siguiente que recuerdo  es que íbamos por la avenida, que mi tío le hacia indicaciones a mamá, "pará en la orilla, arrancá despacio, acelerá ahora", todas esas cosas, y que después de un rato, ya recorríamos a bastante velocidad , desde el puente de Liniers al parque Saavedra y volvíamos.
 Justamente pasando frente a la rampa de bajada que daba a la calle Gaceta de Buenos Aires (la que llevaba a casa) ¡Un perro! si un perro comienza a chumbar y correr  delante del coche, mamá se desespera y en lugar tocarle bocina ó detenerse, porque tenía miedo atropellarlo, solo atina a gritar una y otra vez _"Fuera Perro_Fuera Perro" dentro del auto todos empezamos a reír , el perro se fue, "Mirá te oyó jajaja"
Bajamos de la avenida y estacionamos frente a casa, mamá estaba rara, lo miró a mi tío y a papá y dijo:
"Llevense el auto, no manejo nunca más" Y así fue.
 No sé si la culpa la tuvo el miedo a atropellar al perro o  que nos reímos del susto que ella tenía