Mi primo Alejandro 2º (había 3 Alejandro en la familia de mi papá) con su bandoneon y yo a los 17 con la vieja guitarra española que me regaló un tío de nombre Santos, en la casa de mi abuelo Pedro.
Con esa guitarra aprendí a tocar y cantar, compré una nueva 3 años después y desde hace 6 meses en que mi Sara se fue, con esa otra guitarra estoy aprendiendo a tocar y llorar
¡Qué hermosa esta entrada! Hermosísima foto, hermoso recuerdo y qué lindo saber que guitarreás... Conectarse con la parte artística de uno lava las tristezas, Don Aldo... se las lleva como agua fluyendo, aunque sea por un rato, al menos hasta que agarres la guitarra nuevamente. A no aflojar y seguir desgranando acordes y rasguidos en esa vieja guitarra que tendrá tantas historias para contar como vos. Beso grande.
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